Soy Monique van der Horst y tengo una forma de trabajar caballos que te puede ser útil.


Cuando tenía 16 años tomé una decisión: Elegí apuntarme a un curso de formación en equitación para, más tarde, poder ser entrenadora de caballos y mientras que la idea era que nos comprásemos un caballo con todas las capacidades para hacer el segundo año de curso, yo pensaba diferente. Tendría que saber montar todo tipo de caballos, sabía que un caballo hecho no sería la realidad de un profesional, tenía claro que un caballo hecho nos enseña mucho, pero no nos enseña a montar todo lo que nos tocaría montar como profesionales y sabía que al final del curso me iría a aprender más en otros sitios con otros caballos. Mi reto para ese año era hacer de un caballo que no supiese nada, un caballo agradable y fácil de montar. Comencé con un caballo que me cedieron, poco musculado, por hacer y con muy poca capacidad (fuerza y flexibilidad) para trabajar y aprendimos los dos mientras nos caíamos y nos levantábamos. Literalmente me caí con ese caballo, rompí el casco porque fuimos los dos de cabeza y tengo 20 puntos dentro de la boca a raíz de esa caída. Pero nos levantamos y aprendimos de nuestros errores.

(Yo con 16 años con Bashkir en una de sus primeras pruebas de doma)

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Al principio sólo sabía galopar por la pista a toda pastilla (gran frustración perfectamente entendible para mis profesores en ese momento, aunque sin sus clases habría sido mucho más complicado todo), estaba muy delgado, tenía el cuello completamente al revés, tenía mal carácter, el dorso rígido como una tabla, daba coces en la cuadra, alguna vez hizo el ademán de “poner en orden” al entrenador que estaba en medio de la pista y casi no giraba cuando llegaba al final de la pista...

Acabó el año siendo un buen caballito dentro de sus posibilidades y siguió después dando clase con los siguientes alumnos, pues se había vuelto un buen caballo profesor. La decisión estaba más que tomada. No tendría más caballos propios, no con esa edad. Prepararía a los caballos que me fuese encontrando, para de esa forma aprender todo lo que pudiese de cada uno y de su historia.

Me fui a trabajar con diferentes profesionales para aprender, a cambio montaría cualquier caballo que me diesen. Competí, trabajé muchísimas horas, monté muchos caballos (algunos de ellos muy difíciles y otros muy hechos y buenos profesores). A veces conseguía resultados y otras veces no.

(Con 17 años en la "Rota de Outono" concurso en la Expo 98 Lisboa con Don Juan do Paço)

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Hoy en día me alegro de haber tomado esa decisión. Sentir, entender y trabajar caballos es lo que sé hacer, es a lo que me dedico, es mi pasión. Sé que te puedo ayudar a simplificar las cosas que tanto solemos complicar y enseñarte a entenderlos mejor.

He trabajado mucho con caballos difíciles, con los que a veces parece que no hay nada que funcione y nos obligan a cambiar nuestra forma de trabajar y el enfoque que damos a los problemas casi cada día. He competido en doma y en salto, he ayudado a entrenar caballos árabes y pura sangre ingleses para carreras y he llevado algunos jinetes a competir con sus caballos.


(16 años, entrenando a los árabes de carrera, Llam junto a Amon-Re en la playa)

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La mejor escuela que he tenido hasta ahora ha sido practicar y equivocarme millones de veces, observar a los mejores caballistas una y otra vez, observar caballos en libertad, observar a mis alumnos y sus caballos de una forma minuciosa, grabándolos a ellos, a su trabajo y el mío, sacando imágenes de las señales y actitudes, viendo las grabaciones una y otra vez, estudiándolas, trabajando duro para sacar en claro una forma simple para mí, de comunicar con los caballos que trabajo.

(Trabajando la Gestión del Espacio al mismo tiempo con dos caballos completamente diferentes)

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Llevo toda la vida entre caballos y sigo aprendiendo todos los días de ellos, aunque en los últimos años sobre todo, ayudo a jinetes a solucionar problemas de comunicación con sus caballos (pie a tierra o montando), algo extremadamente gratificante que me confirma que mi método funciona.

En 2013 escribí un libro llamado "Como ganar la confianza de un caballo en 5 pasos" donde describo mi método. Sí, 5 pasos que considero esenciales. Son secretos que he ido acumulando a lo largo del tiempo y que me funcionan con todos los caballos, una y otra vez. A pesar de ello, soy muy consciente de que aún soy joven en esto de los caballos y sé que siempre queda mucho que aprender, por suerte. Pero he aprendido a entenderlos, y he aprendido a dar la vuelta a situaciones complicadas provocadas por la educación, por problemas de comportamiento, por tensiones musculares y psicológicas, ya sean del caballo o del jinete, porque a través del caballo logro ayudar al jinete.

Me encanta llegar a un lugar, observar a un caballo con su jinete y, al poco rato, hacer el diagnóstico de la situación. Me siento como un médico en su consulta, porque siento que puedo ayudar y me sumerjo en mi trabajo.

Los últimos 5-6 años se los he dedicado a mi familia y a mis alumnos que acompaño ya sea en cursos presenciales una vez cada x tiempo, como a distancia por servicio de comentar vídeos o cursos online que estamos elaborando desde hace unos años, desde Portugal, donde resido ahora mismo y donde acepto, temporalmente caballos en trabajo para el re-equilibrio muscular y/o psicológico.

Estoy dando cursos presenciales dedicados al asiento y aplicación de ayudas por España (Madrid, Valencia, Gerona, País Vasco, Málaga, entre otros), y he conocido caballos, jinetes y anfitriones espectaculares que no cambiaría por nada en este mundo. De ellos aprendo a expresarme cada vez mejor, a mantener el castellano en orden y a "desconectar del mundo" los fines de semana que dedicamos a los cursos para dedicarme cuerpo y alma a la comunicación entre ellos y sus caballos.

(Momentos gratificantes cuando me logro hacer entender con los alumnos y sus caballos)

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Mi forma de trabajar es el resultado de lo aplicado a lo largo de los años y sigo mejorando aprendiendo de mis errores. Trabajar con diferentes buenos jinetes tiene una ventaja tremenda: te permite quedarte con los conceptos que más se acercan a tu filosofía y desechar lo que no te gusta. Me gusta asentar mi trabajo sobre una base simple. Mi prioridad es buscar patrones de comportamiento y de respuesta en los caballos, para poder adaptar mis métodos de forma general a todos los caballos y aplicar las bases de la comunicación que aparecen desde el trabajo de Gestión del Espacio a la educación del caballo cuando va montado. Claro que cada caballo es un mundo y las intensidades de las reacciones son distintas, pero hay patrones que podemos utilizar como base de trabajo que nos son extremadamente útiles.

(2003 Rota de Vilamoura con Romana do Paço Propiedad del jinete Olímpico Francisco Caldeira. Después de mucho trabajar juntas, logramos resultados...Una de las mejores sensaciones que existen a caballo: hacer un contra-reloj, saber exactamente por donde vamos a pasar, dónde y cuándo el caballo partirá en cada salto, preparándonos para el próximo, mientras sentimos que nos fundimos y operamos bajo una sola mente)

Cuando trabajamos con caballos, es normal que aparezcan conflictos y tensiones que hay que solucionar y disipar. Para ello necesitamos comunicar con ellos de una forma que nos entiendan y para poder hacerlo necesitamos entender lo que nos transmiten. Si no lo hacemos, las tensiones no desaparecen y se vuelven cada vez más complicadas de solucionar.

Recordemos:

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Hoy en día, mi método, tanto con caballos como con jinetes, empieza por la Gestión del Espacio entre nuestro caballo y nosotros pie a tierra. Aprendiendo a hacer esa gestión establecemos una comunicación esencial para poder solucionar los conflictos y tensiones que van apareciendo a lo largo de nuestras jornadas de trabajo con ellos, porque aprendemos a comunicar mediante un idioma clave: el que los caballos entienden.

Luego aplicamos ese idioma que hemos aprendido (que para los caballos es instintivo), al trabajo montados, y aprendemos a adaptar nuestro asiento para que ese lenguaje pueda fluir entre nuestro caballo y nosotros.

Únicamente cuando caballo y jinete están sintonizados para comunicar el uno con el otro de forma que se entiendan, empezamos a enfocar el trabajo de flexibilidad y equilibrio del caballo, que se vuelve muchísimo más fácil para todos y el nivel del binomio evoluciona de forma exponencial.

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Este es el libro con 5 pasos en los que se basa todo mi trabajo, tanto pie a tierra como montado: